Utilizando dos haces de ultrasonidos que se cruzan frente al destinatario, se genera sonido solo para él, sin necesidad de auriculares ni dispositivos similares .

Esta tecnología, conocida como «enclaves audibles», tiene aplicaciones potenciales en museos, vehículos y comunicaciones militares. Sin embargo, enfrenta desafíos técnicos, como mejorar la calidad del sonido y superar limitaciones de distancia, ya que las ondas ultrasónicas se atenúan rápidamente en el aire. Aunque el experimento es prometedor, se requiere un desarrollo significativo antes de su aplicación práctica debido a las altas demandas energéticas y preocupaciones sobre los efectos en el sistema auditivo humano